Cuando llegué a los camiones pensé que el tacografo era un enemigo que llevaba dentro del camión… Pero el día que pagué 750 euros de multas en Francia, el día que estuve preso 2 días inocentemente en las aduanas, así que me di cuenta que había robado este dinero a mi hogar y perjudicaba a mi familia.
Me di cuenta que después de todo en el camión llevaba a un amigo e incluso a un ángel guardián.
Pasé a manejar el tacografo según lo previsto en la ley, llevando menos dinero a casa, siendo persona en el grato para jefes y jefe. Pero pasé a estar más seguro de llegar, el dinero que ganaba era limpio y sin trucos de tacógrafo, el camión dejó de ser mi 2 de la casa, porque es del jefe y la carga del cliente, pero la calle pasó a ser más mía y llegaba a casa con otra disposición entre muchas otras buenas sensaciones.
Como desesperaba el patrón y los clientes por respetar las leyes que me protegían y como me reía en sus caras.
EXPERIMENTEN COMPAÑEROS, EXPERIMÉNTENSE.
Esta ha pasado desde entonces a ser mi propia huelga.
Carlos Silva Vigario
Comments
comments